Crédito: http://quehacerpara.net/como/que-hacer-con-botellas-de-plastico-manualidades/

Cada vez nos llegan más “soluciones ” al problema del plástico de usar y tirar que consisten en hacer arte o manualidades. Según estas propuestas, cada uno en su hogar puede convertir objetos típicos de plástico que consumimos a diario en objetos decorativos o prácticos para el hogar: botellas de agua en macetas, botellas de champú en servilleteros, tapas y tapones en joyas, etc.

¿Pero son el arte o las manualidades verdaderas soluciones?

No es viable ni realista

¿Habéis contado alguna vez la cantidad de plástico de usar y tirar que utilizáis en un año? Solo tenéis que mirar en vuestra nevera, en vuestro baño y en vuestra compra semanal para haceros una idea. ¿En serio pensáis que la solución es que todos nos comprometamos a hacer manualidades con todo el plástico que se usa cada semana para convertir la casa en una especie de tienda “todo a 100”? ¿quién tiene el tiempo para hacerlo? ¿no sería más fácil dejar de consumir plástico?

Convertir el plástico en una colección de arte y objetos prácticos no es una solución viable. No evita la producción ni el consumo de más plástico desechable, solo atrasa su llegada al vertedero unos meses o unos años mas.

Un problema de escala

En el año 2012 se produjeron unos 288 millones de toneladas de plástico y cada año la producción sigue creciendo.  El plástico es muy ligero, imagina el volumen de 280 millones de toneladas. ¿Difícil de imaginar? Os voy a dar otra métrica para que lo podáis entender.  Sólo en EEUU (5% de la población mundial) se desechan 595 millones de botellas de plástico por agua cada semana. Si las pusiéramos en fila darían la vuelta al mundo cinco veces.

Si convirtiéramos 595 millones de botellas de plástico en macetas por ejemplo, en un año tendríamos 28.560 millones de macetas que darían la vuelta al mundo 240 veces. Y esto sólo con las botellas de plástico por agua en EE.UU.

Otra dato más, se estima que un millón de millones de bolsas de plástico se consumen en todo el mundo cada año. Eso son casi dos millones (1.902.587 ) de bolsas de plástico por minuto. Es decir que si tardáramos una hora en convertir estos 2 millones de bolsas de plástico en objetos maravillosos, tendríamos además más de un centenar de millones de bolsas de plástico circulando por el planeta esperando a convertirse en obras de arte.  El cuento de no acabar.

Y esto sin contar con el resto de plástico de usar y tirar que consumimos a diario.

Con este tipo de propuestas sólo estamos tranquilizando a las personas para que sigan consumiendo plástico. Curiosamente detrás de algunas de estas mal llamadas “soluciones” tenemos a la industria del plástico invirtiendo e incentivando estos proyectos de “arte ecológico”.  El lobo vestido de oveja, ¿os suena?.

El arte como medio de concienciar

El arte es un excelente medio para concienciar sobre los desastres que el plástico causa en el medio ambiente y en nuestra salud.  Como dice Alejandro Jodorowsky, «la finalidad del arte es curar, porque si no cura, no es verdadero arte»

Yo como artista activista, estoy a favor de utilizar el arte con el fin de concienciar, conectar y curar. El arte nos invita a sentir y a escuchar primero con el corazón, y desde esa escucha profunda podemos comprender la verdadera naturaleza del plástico y como podemos solucionarlo. Pero no podemos utilizar el arte como una solución tapadera del plástico. Este tipo de arte no cura, solo mata.

Rechazar el plástico es tu mejor obra de arte

Estamos tan enganchados al plástico que no somos capaces de ver la solución más sencilla. El barco se hunde y nos dedicamos a achicar el agua con una cucharilla. La única solución es cerrar el grifo al plástico.  Esta es la única forma de parar esta locura.

Rechaza el plástico. Lleva tus propias bolsas de tela y recipientes de cristal a la compra. Sustituye los productos envasados con plástico por cristal.

Vivir sin plástico nos invita a usar nuestra imaginación y creatividad para encontrar nuevas fórmulas de compras, a conectar con los mercados locales y a preparar nuestros propios productos culinarios, además de productos de belleza y limpieza.  Generaciones y generaciones han vivido sin plástico y les fueron muy bien, nosotros  también podemos vivir sin plástico.

La mejor obra de arte que podemos hacer es cuidar y sanar nuestro cuerpo y nuestro planeta.

Infórmate mejor sobre soluciones posibles en  elplasticomata.com/soluciones/

Raquel Boluda

Danza activista y colaboradora de El Plástico Mata

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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